Uruguay: descubren una rara cruza de lobo y león marino

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Encontrar un híbrido entre lobo y león marino era considerado casi como ver un lobisón. Se trataba de una leyenda de pescadores, dijo Guillermo Kloetzer, biólogo y realizador audiovisual. “Era un mito entre los loberos”, agregó. Pero durante el rodaje del documental Manual del macho alfa, escrito y dirigido por Kloetzer, el equipo de filmación no solo encontró una hembra que tenía características de las dos especies, sino que vio que el ejemplar híbrido había dado a luz a una cría, según informa El Observador

 
“Eso es lo más particular”, sostuvo la bióloga Valentina Franco-Trecu. “Se supone que la hibridación, que es el cruce de dos especies diferentes, es algo que puede ocurrir, pero hay distintos mecanismos que deberían evitarlo”, explicó. Por ejemplo, es común que estos animales mezclados sean infértiles. No fue el caso del ejemplar hallado.
 
El tamaño y el color fueron los rasgos que prendieron la alerta de los realizadores audiovisuales, durante una de las recorridas por la Isla de Lobos, en Maldonado. Puntualmente, a Kloetzer le llamó la atención que el animal tenía el color de un león marino (Otaria flavescens), pero la forma de un lobo fino (Arctocephalus australis), que suelen ser más pequeños que los leones.
 
Ante la duda, los documentalistas le enviaron las fotos del ejemplar a Franco-Trecu, quien trabajó durante 10 años en esta isla y en ese momento estaba realizando una investigación sobre los lobos y leones marinos para su tesis doctoral en la sección de Etología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.
 
A simple vista, la bióloga reconoció la hibridación, pero para estar segura llevó a cabo una serie de pruebas. El objetivo era, por un lado, verificar si realmente se trataba de una mezcla entre las dos especies y, por otra parte, determinar si la cría era de esta hembra. En la superpoblada isla, el cachorro era fácil de diferenciar puesto que, si bien parecía un lobo fino, era más grande que los otros del lugar.
 
Luego de tomar muestras de madre y cría, y examinarlas, la investigadora confirmó lo que se sospechaba. Este animal extraño era realmente una cruza entre dos especies distintas. Además, el cachorro, al que le dieron el número 40 para identificarlo, era efectivamente su cría.
 
Sería un error decir que se trata de una nueva especie, explicó Franco-Trecu. Para que sea así, los individuos de esta “nueva especie” deberían compartir un tiempo y un espacio, además de tener la capacidad de reproducirse entre ellos. En este caso, se trata de un solo animal y como no se reproduce con iguales, sus características genéticas se van a ir “diluyendo” entre las diferentes generaciones.
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