Desde que se cobran, cayó 60% el uso de bolsas plásticas en supermercados

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El 9 de octubre de 2012 marcó un cambio en el consumo de quienes hacen sus compras en supermercados, hipermercados y austoservicios de la ciudad de Buenos Aires. Los clientes que estaban acostumbrados a utilizar las bolsas plásticas encontraron un nuevo límite: a partir de ese día, dejaron de ser gratis.  

 
“Soy más grande y más resistente. ¡Llename hasta el tope!” es la frase que hoy reza en las nuevas bolsas de plástico. A través de la Ley 1.854, el Gobierno porteño obligó a reemplazar las viejas por otras de color verde y negro para que los vecinos puedan separar la basura domiciliaria.
 
Pero el objetivo a corto plazo es reducir la cantidad de circulación, pues estas bolsas demoran 200 años en desintegrarse. A tres meses de implementarse la medida, fuentes consultadas por Infobae dan cuenta de una baja de entre un 60 y 70% en su consumo.
 
Antes de la medida, se usaban 10 millones de bolsas por mes en los 250 supermercados, hipermercados y tiendas Express de Carrefour en la ciudad. Hoy, se utiliza un promedio de cuatro millones mensuales, una caída del 60 por ciento. “El cobro de las bolsas aceleró una política que ya veníamos incentivando a nivel mundial y en el país. Uno tiene que generar el hábito en los clientes”, dice Candela Arias, gerente de Sustentabilidad y RSE de Carrefour Argentina.
 
Las nuevas bolsas plásticas tienen dos tamaños, y cuestan 15 centavos la mediana (45 x 55 centímetros) y 25 centavos la más grande, de 55 por 60 centímetros y 20 micrones de espesor. A contramano de la baja del consumo, aumentó la compra de bolsas reutilizables en los Carrefour de la ciudad. Antes se entregaban un promedio de 30.000 bolsas por mes y ahora se venden alrededor de 80.000, con un costo de $5 y $8 según el tamaño.
 
Walmart también detectó un fuerte descenso del uso de bolsas plásticas en sus 18 tiendas Walmart y Changomas de la ciudad. “Se redujo un 72% al comparar el tercer trimestre contra el cuarto trimestre de 2012, cuando se usaron 1,5 millones de bolsas”, asegura Gastón Sandler, jefe de Relaciones Institucionales del grupo. 
 
Esta disminución representa “23,44 toneladas menos, que usualmente terminan en un relleno sanitario casi inmediatamente después de haber sido utilizado”. “Hoy podemos ver que los clientes traen sus propias bolsas o descargan los productos directamente en el baúl de sus autos”, dice Sandler. “Volvió el changuito, y algunos traen sus mochilas”, adhiere Arias. Ante la consulta de Infobae, los supermercados Jumbo y Coto decidieron no dar a conocer sus las cifras.
 
Un sector descontento
 
Los números de los supermercados van a tono con las metas del gobierno de la ciudad. “El consumo anual de bolsas de supermercados es de 1.050 millones, y esperamos una reducción de 600 millones en un año, una caída del 57 por ciento”, aseguran fuentes del Ministerio de Espacio Público y Medioambiente.
 
Más allá de estos comercios, el proyecto es que salgan de circulación otras bolsas plásticas en farmacias, negocios de indumentaria, calzado, diarios y revistas, entre otros. 
 
Sin embargo, el cambio en la forma de ir de compras no dejó a todos contentos. José Alejandro, prosecretario de la comisión de films y bolsas plásticas de la Cámara Argentina de la Industria Plástica (CAIP), sostiene que “la medida perjudicó al sector. Mucha gente depende de este producto”.
 
Según Alejandro, el consumo “cayó un 30% en la ciudad”, aunque estima que paulatinamente la gente volverá a usarlas. Como director comercial de Clover Plast en San Luis, asegura que la fábrica produce 100 millones de bolsas de supermercados por mes y que en el país, “se deben producir unas 600 millones mensuales” en total.
 
El representante de CAIP defiende con fuerza a sus bolsas, “porque es higiénica y también se puede reutilizar para la basura, guardar la ropa con la que vas al gimnasio. Tiene muchos usos que no se dicen”. Y abre el debate cuando dice que “la bolsa de polietileno no es contaminante. Si la tirás al río, puede estar 200 años limpia y no va a contaminar”.
 
Greenpeace Argentina afirma lo contrario. “Es contaminante porque proviene del petróleo y tarda de 200 a 300 años en degradarse. Queda en los ecosistemas marinos y los animales la comen”, dice a Infobae Consuelo Bilbao, de la Campaña de Tóxicos de la ONG.
 
Con todo, Bilbao considera que es bueno disminuir el uso de las bolsas plásticas, pero asegura que la resolución es “una medida más de marketing y no resuelve el problema de la basura” en la ciudad.
 
El próximo desafío es introducir bolsas biodegradables al mercado, aunque la tecnología aún no está presente en el país. Mientras tanto, los clientes vuelven a la carga con los changuitos e introducen mochilas y bolsas reutilizables para hacer sus compras. Una nueva cara que muestra còmo cambia el consumo en la ciudad.
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