Paraguay: aseguran que las inundaciones son consecuencia del cambio climático

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Las enormes evacuaciones de población por las inundaciones en Paraguay y en menor medida en Brasil y Argentina son otra muestra de los efectos del cambio climático, que eleva la frecuencia e intensidad de eventos climáticos ‘extremos’, según dijeron varios expertos a EFE. 

 
Hasta ahora hay 240.125 desplazados en Paraguay por las lluvias de los últimos meses, 50.000 en Brasil y 14.000 en Argentina. 
 
Lo llamativo de la actual emergencia no es que el río Paraguay llegue a 7,27 metros en Asunción, la ciudad más afectada, pues es una cota que está dentro de su variabilidad, sino que durante 15 años el caudal no subió de 5 metros, explicó el director de Meteorología e Hidrología, Julián Báez. 
 
Ese largo período de estiaje hizo que sus márgenes se llenaran progresivamente de construcciones precarias de familias pobres, que ocuparon espacios ‘que son del río’, indicó. 
 
El agravamiento de las sequías es uno de los efectos del calentamiento del planeta debido a la emisión de gases contaminantes que provocan el efecto invernadero. 
 
Jan Van Wambeke, un experto en tierra y agua de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cita como ejemplo la sequía sufrida en el norte y centro de Chile en los últimos años y en el nordeste de Brasil. 
 
‘Las zonas secas se hacen más secas y las húmedas más húmedas’, dijo, quien apuntó que en el Caribe el cambio del clima se manifiesta con unos huracanes más frecuentes y más destructivos. 
 
En Paraguay las inundaciones fueron exacerbadas por cuatro tormentas ‘extremas’ registradas este año, en las cuales cayó en cuestión de horas más del doble de las precipitaciones de todo un mes, según Báez. 
 
Los efectos del cambio climático se agrandan con factores ambientales locales, como la deforestación. 
 
En Paraguay la expansión de los pastos para ganado y los cultivos, en particular los monocultivos de soja y otros granos, ha reducido los bosques de casi 9 millones de hectáreas en 1950 a 1,5 millones de hectáreas actualmente, según el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), una organización no gubernamental. 
 
Un área forestada aminora el impacto de la gota de lluvia sobre el suelo y favorece su infiltración, mientras que en zonas degradadas las precipitaciones corren superficialmente hacia los cauces, explicó Van Wambeke. 
 
Quienes sufren más son los pobres, como se puso de manifiesto en Paraguay. 
 
Ellos son los que vivían en los barrios engullidos por el río en Asunción, donde ahora solo se distinguen los tejados de las viviendas de ladrillo, mientras que las de materiales precarios son ya invisibles. 
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